Con el nuevo techo retráctil de 55 millones de dólares (50 millones euros) sobre la vacía Court Philippe Chatrier (donde la arcilla roja se ha tornado un marrón naranja, las rayas blancas se han desvanecido y no hay red) el estadio principal del Abierto de Francia fue transformado en una instalación mucho más imponente y moderna.
Pero sin espectadores aplaudiendo y gritando se sintió como estar parado dentro de una nave espacial silente y vacía. El sitio está sin hinchas esta semana: el torneo de Grand Slam fue aplazado hasta septiembre debido a la pandemia de coronavirus. Cuando el Abierto de Francia se realice este año, no obstante, es posible que se haga con cero o muy pocos espectadores, en un evento que rompió récords de concurrencia el año pasado, con 520 mil aficionados.
Limitar el número de espectadores permitidos cada día del torneo de dos semanas pudiera mejorar el distanciamiento social.
“Por supuesto, podemos tener menos personas, así que el flujo es más fácil”, dijo el director general de la federación francesa de tenis, Jean-François Vilotte, cuando 10 miembros de la prensa pudieron visitar Chatrier. “Las opciones van desde una reducción muy pequeña del número de espectadores a varios niveles de espectadores”.
O ningún espectador. Eso, dice Vilotte, sería el último recurso.
“Estamos ponderando todas las opciones. Pero preferimos no jugar a puertas cerradas. Queremos que haya espectadores, que respeten las medidas de precaución”, dijo Vilotte. “He pasado trabajo para entender por qué restaurantes y tiendas pueden reabrir pero nosotros en eventos grandes no podemos’’.
FUENTE: EXCÉLSIOR