El gerente general del Banco de Pagos Internacionales explicó que las medidas de contención para contener la pandemia están infligiendo un enorme daño a la economía global y los efectos a largo plazo serán profundos.
La actual crisis generará un golpe a la insolvencia que todavía no se ha dejado notar del todo, para lo cual hay que prepararse, advirtió Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS).
“El golpe a la solvencia todavía no se ha dejado notar del todo. En esta fase, se espera que sean las autoridades fiscales las que asuman el trabajo pesado”, señaló en un discurso con motivo de la Asamblea General Anual del banco.
El exgobernador del Banco de México señaló que las medidas de contención para contener la pandemia están infligiendo un enorme daño a la economía global y los efectos a largo plazo serán profundos, y aunque parece que la economía se está recuperando, todavía falta mucho por hacer, ya que el virus dista mucho de ser derrotado.
“Abordar los problemas de solvencia, prepararse para la recuperación y adaptar la economía al mundo pospandemia son las siguientes tareas de la lista”, afirmó.
Indicó que es posible que aumenten las insolvencias de empresas y que las familias atraviesen dificultades. “Cuando esto ocurra, probablemente con el desencadenante de las discontinuidades que se producirán cuando las primeras medidas de apoyo fiscal se agoten y las moratorias de pago finalicen, los bancos se encontrarán en el ojo del huracán”, señaló.
En su reporte, el BIS destacó el papel de los bancos centrales en la actual crisis. “Los bancos centrales desempeñaron un papel fundamental en la excepcional respuesta a la crisis del COVID-19 durante la fase aguda de la pandemia, trabajando conjuntamente con las autoridades fiscales para amortiguar los efectos económicos y financieros de la crisis y apoyar a empresas y trabajadores”.
FUENTE: EL FINANCIERO
